Ayer 118/2020 (2): 13-16
Sección: Dosier
Marcial Pons Ediciones de Historia
Asociación de Historia Contemporánea
Madrid, 2020
ISSN: 1134-2277
DOI: 10.55509/ayer/118-2020-01
Editado bajo licencia CC Attribution-NoDerivatives 4.0 License

Presentación.
Política y partidos. Miradas alternativas sobre cuatro espacios argentinos (1850-1950)

Marta Bonaudo

ISHIR-CONICET/UNR
martabonaudo@gmail.com

César Tcach

Universidad Nacional de Córdoba CONICET
profesortcach@hotmail.com

El dosier propuesto pretende incorporarse al debate abierto hace ya varios lustros sobre los partidos políticos —tanto en la historiografía europea como latinoamericana—, efectuando un recorrido que va desde su organización en el mundo de los notables, notabiliar si recurrimos al adjetivo empleado en Argentina, pasando por el proceso de desestructuración del mismo y atravesando las transformaciones impuestas por las sociedades de masas. Su originalidad reside en abordar una serie de experiencias provinciales que —en recurrente diálogo con la escena nacional— aportan complejidad al análisis de la historia política contemporánea argentina a través de la forma partido.

Consideramos que la fórmula organizativa «partido» proporciona un excelente mirador para analizar cómo se articularon el derecho y las prácticas electorales con tramas de sociabilidad que intentarían homogeneizar y traducir políticamente las percepciones culturales y las prácticas sociales de sus portadores. Si bien en América Latina la idea de partido/parte fue cuestionada, en primer lugar, por temor a la ruptura de unidades tan difícilmente conseguidas y, en segundo lugar, por la génesis de sedicentes movimientos nacionales imbricados con el aparato estatal, su protagonismo definió una trama compleja de formas asociativas y modalidades de participación política que resultan centrales en el estudio de las ­disputas por el ejercicio del poder.

Los artículos propuestos tienen como objetivo abordar diversos aspectos de las tramas partidarias, atravesando momentos y espacios diferentes e intentando dar cuenta de la densidad del universo de prácticas y representaciones que se expresaron a través de las mismas a lo largo de casi un siglo de la vida política argentina.

Con estrategias semejantes o disímiles, apelando a las herramientas que proporcionan las historias social y cultural de la política, los estudios de caso nos introducen en dimensiones analíticas que, consideramos, enriquecerán la reflexión y el debate sobre las formaciones partidarias: el juego de los vínculos horizontales y/o verticales de reciprocidad y fidelidad que les dieron vida; las tensiones y conflictos que la imposición de una nueva moral cívica liberal provocó en relación con la pervivencia de valores y prácticas antiguas; la corrupción generada por la utilización de recursos públicos para beneficios privados por parte de sectores empresariales ligados a los grupos políticos; los cambios de sentido del discurso en torno a las tradicionales «políticas del acuerdo» del mundo notabiliar, que dan cuenta de las transformaciones en los imaginarios y las representaciones sobre la vida política en épocas de transición; el impacto de las modificaciones sociales en la construcción de redes de interacción política, en los modos de participación de dirigentes y afiliados en las campañas electorales y/o en las vías de financiamiento de los partidos; la emergencia de organizaciones partidarias alternativas a las dominantes y la generación de modelos y prácticas diferenciales de acción, o, finalmente, la caracterización y la redefinición de la relación con el «adversario y/o enemigo político» dentro de un régimen de partido dominante, imponiendo tácticas represivas que combinaron fuerza, persuasión y corrupción.

En el primer artículo, Marta Bonaudo analiza cómo se fueron transformando a lo largo del tiempo los vínculos entre elegibles y electores dentro del partido de notables a través de la experiencia santafesina de las últimas décadas del siglo xix. La propuesta se introduce en el análisis de la tensión entre las lógicas de las denominadas «influencias legítimas» y la de los intercambios «calculados», explorando el juego de los vínculos horizontales y/o verticales que les dieron vida. Paralelamente, analiza cómo incidieron en tal dinámica los nuevos códigos morales que el liberalismo pretendía imponer, observando de qué modo los conflictos entre valores y prácticas antiguas y nuevas —particularmente las generadas en el campo de la administración y en el electoral— impactaron en el espacio público y en el interior del parlamento.

Romina Garcilaso se centra, a continuación, en cómo se entretejieron y amalgamaron los intereses económicos y políticos en el interior del Partido del Pueblo en Santa Fe hacia fines del siglo xix. Toma como epicentro las denuncias de corrupción por el mal funcionamiento del Banco Provincial de Santa Fe que cobraron notoriedad en la década de 1890. A partir de dicho caso devela de qué modo los entramados económicos derivaron en favores e intercambios que beneficiaron tanto a políticos como empresarios en el ámbito público, ya sea en las instancias de decisión estatal, ya sea en el juego político electoral.

En el tercero de los artículos, María del Mar Solís Carnicer explora cómo el acuerdo entre notables, una forma tradicional de hacer política en la Argentina de fines del siglo xix, empezó a ser cuestionado por diferentes sectores que pretendían mayor transparencia en la competencia electoral y un incremento del protagonismo de los partidos políticos como mediadores al interior de ese proceso. Analizando prácticas y discursos observa que, pese a tales impugnaciones, dicha estrategia se institucionalizó y se adaptó exitosamente a las nuevas reglas planteadas por la política de masas en la provincia de Corrientes.

Por su parte, Leandro Lichtmajer estudia las implicaciones del proceso de ampliación democrática en el espacio azucarero de Tucumán. Con ese fin examina las redes partidarias y las campañas electorales lideradas por los industriales azucareros Ernesto Padilla y Manuel García Fernández en el periodo comprendido entre la llegada de la Unión Cívica Radical al poder (1917) y el golpe de Estado de 1943. El texto recupera un tema marginal en los estudios sobre el empresariado azucarero tucumano y aporta al debate sobre las modulaciones regionales del proceso de ampliación democrática.

En el quinto artículo, Diego Mauro investiga las diferentes formaciones electorales de la democracia cristiana en Argentina, desde las primeras décadas del siglo xx hasta los años sesenta. Para ello aborda las transformaciones programáticas, las influencias ideológicas, los vínculos transnacionales y las estructuras organizativas. Sostiene el argumento de que tras las diferentes agrupaciones se fueron perfilando dos modelos distintos: uno de naturaleza «confesional», basado en los lineamientos del catolicismo social y proclive a buscar la convergencia con las estructuras eclesiásticas y las asociaciones católicas, y otro, más secularizado, caracterizado por un mayor grado de diferenciación con la Iglesia y la aceptación de la democracia parlamentaria como régimen político.

Finalmente, César Tcach se propone explorar el tipo de represión política y su impacto sobre el Partido Comunista a partir del golpe militar de junio de 1943. El enfoque, centrado en la provincia de Córdoba, orienta su interés en el análisis del tipo de represión ejercida, sus actores, modalidades y consecuencias. Desde esta perspectiva, trata de identificar relaciones de continuidad y cambio tomando en consideración tres planos de análisis: las modificaciones institucionales derivadas del proceso de centralización estatal, su impacto sobre el tejido social construido por el Partido Comunista en las décadas precedentes, y su influencia en las relaciones entre peronismo y comunismo.

Queremos agradecer a la redacción de Ayer las facilidades que nos ha proporcionado a lo largo de la preparación de este dosier y a los comentaristas externos por sus sugerencias y aportes a los diversos artículos.